El pirograbado
Para empezar conviene aclarar la diferencia entre grabado y pirograbado.
El grabado es el resultado de una técnica de impresión que consiste en transferir una imagen dibujada con instrumentos punzantes, cortantes o mediante procesos químicos en una superficie rígida llamada "matriz" con la finalidad de alojar tinta en las incisiones, que después se transfiere por presión a otra superficie como papel o tela. La matriz suele ser de metal, empleándose generalmente planchas de cobre o aluminio pero también se usan otros materiales como madera, piedra o incluso placas acrílicas, y en ella se realiza el dibujo por medio de líneas generalmente, excavadas en la superficie de la plancha. Existen varias técnicas para grabar el dibujo. La palabra "grabar" es de etimología alemana "graben" significa cavar. Entró en el castellano por medio del termino francés "graver". El significado de grabar es trazar en una materia, marcas, letras o signos con una pieza incisiva como el buril.
Según el diccionario de la real academia de la lengua española:
(Del part. de grabar).
Es también un arte milenario, podría decirse que la técnica ha existido desde que el ser humano descubrió el fuego y aprendió a utilizarlo, sirviéndose de el para materializar inquietudes artísticas y de comunicación entre otras muchas cosas.
Pirograbado es una palabra compuesta derivada del griego, Pyros (fuego), Graphos (Grabar, marcar).
El procedimiento es aparentemente sencillo, el pirógrafo quema a la vez que marca burilando superficialmente con la punta incandescente en el material, realizando así un pirograbado, la diferencia es que el grabado se puede reproducir en láminas a través de estampación o impresión y del pirograbado se obtienen piezas únicas reproducibles tan solo por procedimientos fotográficos.
En la antigüedad se utilizaban largas herramientas, rudimentarias, generalmente de hierro, que se calentaban directamente al fuego o a las brasas (llama abierta). Estas herramientas tenían el mango protegido con madera y telas para que el artista grabador pudiera sostenerlas sin quemarse las manos, el artista precisaba de gran habilidad ya que la herramienta se enfriaba bastante rápido al contacto con la madera, por lo que era necesario recalentarla continuamente, de manera que el método era un tanto incómodo. Se utilizaba como soporte la madera o el cuero.
Según sea la presión ejercida y el tiempo de calor aplicado se van consiguiendo los distintos tonos, en el caso de la madera una amplia gama de tostados, sin variar en esencia las características del material.
La combinación de este laborioso proceso con otras técnicas puede dar como resultado imágenes de gran belleza.
Se trata de conjugar partiendo de la viveza y las características de cada tipo de madera, haya, okumé, chopo... con sus distintas tonalidades, la riqueza de tonos cálidos que se obtiene del grabado a fuego lento y la delicadeza del color tenue, en ocasiones solo insinuado que proporcionan las acuarelas, tintas o lápices.
Se establece así un dialogo entre madera y fuego, pigmentos y agua en un desarrollo creativo y técnico cuyo resultado espero no deje indiferente a quien tenga a bien contemplarlo.
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