jueves, 16 de octubre de 2008

Sin cables

Creo que la abuela nunca tuvo una maquina de coser, al menos yo nunca la vi y nadie me hablo de ella. Sé que muchas abuelas y algún abuelo si tuvieron una. Maquinas sin cables, de antes de la moda y los tejidos sintéticos. Peculiar tableteo guardado hoy en algunos museos e infinidad de desvanes y trasteros. Herramienta útil en un tiempo en que el consumo no podía estar de moda, en manos de modistas familiares, siempre al lado de la caja de botones e hilos. Objetos pesados y aparatosos, engrasados, listos para empezar. Contienen esa extraña belleza de las cosas que duran “toda la vida”. Y yo como poco tenia que dedicarles un instante.
Rescatada de entre el polvo de los años, casi olvidada en un cuartito a la espera de representar un adorno. Fue recuperada durante todo un verano por las manos todavía hábiles de una abuela, cantidades de telas transformadas en cortinas, manteles y demás elementos de un original ajuar sin mas animo que ser útil.
Cuando Maria se fue, enmudeció el tableteo otra vez y agazapada bajo unas telas espera el regreso de unas manos todavía hábiles que la rescaten una vez más de su olvido.


No hay comentarios: