miércoles, 12 de noviembre de 2008

Campana y cielo abierto

Musicalidad cotidiana, toques de atención, tañidos en el aire que cualquier occidental lleva dentro.
Sabor rural casi solemne llevado por el viento para que todo el mundo sepa de la desgracia, la fiesta o el peligro. Aviso a navegantes, peregrin@s y viajer@s.
Con las prisas pasaron desapercibidas sus formas y sonidos, pero subidas en sus torres, siguen esparcidas por la tierra representantes de sacralizad ostentosa, venidas de metales fundidos a fuego, en aleación. Reverberantes sonidos desde el grabe al agudo según tamaño, con historias propias que ya forman parte de la historia que las va convirtiendo en objetos de colección.
Formidables, colosales, diminutas, en su canto anuncian alegrías. Viejas con un solo diente gritando noticias y rutinas para enmudecer en sus alturas hasta dentro de una hora.

Tras decenas de peldaños en espiral de pétrea penumbra, luz intensa, fuerte brisa, trinar de pájaros en vuelo y el arrullo de las palomas. Reloj imparable que inicia el mecanismo para que todo sea estruendo de hora en punto, fiesta de sonido que languidece en el último tañido.

Pasado el susto, admirar el paisaje.

Nota: Puedes ver el proceso de realización técnica en la sección “pirograbados- la técnica” en Pluna.org

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